A medida que la pandemia causada por Covid-19 y de los fenómenos naturales de las tormentas ETA e IOTA van evolucionando, vamos descubriendo el verdadero impacto que han causado en nuestro país y en la sociedad: pérdida de vidas humanas, pérdidas económicas e implicaciones sin precedentes en nuestros sistemas políticos, económicos y sociales, mostrando nuestras debilidades arraigadas relacionadas a nuestra poca cultura de previsión y resiliencia, así como de la urgente necesidad de fortalecer nuestros liderazgos y de desarrollar una cultura personal e institucional de todos los actores sociales en materia de gestión integral de riesgos para la recuperación, reinvención y regeneración de nuestra sociedad, nuestras organizaciones y de nuestro país.
Todavía pasará algún tiempo para que se revelen los alcances que ocasionarán estas crisis; y es para este escenario que se avecina en el mediano y largo plazo que debemos estar preparados y asumir la responsabilidad que recae en cada sector para adaptarnos, prepararnos y transformar estos impactos negativos en una oportunidad y construir modelos de gestión empresarial basado en principios para ser más resilientes.
Por lo anterior, y para que se dé la reactivación económica y la reapertura empresarial que nuestro país necesita, debemos construir un nuevo paradigma: La resiliencia empresarial a través de la gestión basada en valores y principios básicos de actuación. Lo cual significa, la reinvención y capacidad de gestionar las crisis y adaptar sus impactos a la cultura organizacional, pero también de la unificación de mecanismos a nivel de los sectores para tomar medidas para mitigar riesgos, desarrollar resiliencia, identificar vulnerabilidades y liderar acciones ante esta y futuras circunstancias que puedan presentarse, principalmente en sectores de base como el de energía eléctrica y fundamentalmente en las empresas de transporte de energía.
Desde mi propia experiencia para el trabajo colaborativo a nivel de sectores, es fundamental establecer principios de actuación responsable y resiliente que sirvan de base para construir dinámicas empresariales con un enfoque en regeneración: fundamentos que definan los procesos de toma de decisiones para la prevención, reapertura y continuidad de operaciones y asimismo, definir su rol social y su compromiso como ciudadano corporativo.
Hoy más que nunca necesitamos reflexionar sobre la importancia de fortalecer la gestión resiliente en el sector de transporte de energía como factor para la regeneración económica y social de Guatemala, pero principalmente es indispensable continuar construyendo mayor capacidad de resiliencia para contribuir a la competitividad, rentabilidad y sostenibilidad de las empresas del sector para poder impactar positivamente en la sociedad e incidir en el desarrollo sostenible de Guatemala.