Según proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo, las necesidades de electricidad de la región de Latinoamérica y el Caribe aumentarán en más del 91% para 2040. Esto significa que para satisfacer esas necesidades deberá producirse 1500 TWh (teravatios-hora) adicionales a lo que actualmente se produce.
Pero no solo se trata de la producción de energía, sino también de verdaderamente ponerla al alcance de los consumidores, principalmente en las áreas rurales. Para ello se requiere del fortalecimiento y la expansión de la infraestructura de transporte de electricidad.
Cuando un país decide echar a andar un proyecto de expansión de energía eléctrica, por lo que en realidad está apostando es por aumentar el acceso a la electricidad para su población, de forma eficiente, expedita, confiable y segura.
Para cualquier país o población que desee desarrollo social y crecimiento económico, se hace indispensable el acceso a la electricidad. Esta electricidad debe llegar a los consumidores con rapidez, eficiencia y en suficiente cantidad.
El consumo de electricidad tiene una relación directa con el PIB de cualquier país, puesto que la demanda de electricidad sigue el crecimiento económico. Al observar el comportamiento de las economías locales y sus necesidades, es posible proyectar su crecimiento y el incremento de la demanda, más aún en países donde la cobertura del servicio aún no es total.
Este ejercicio, por lo general, arrojará indicios de la necesidad de ejecutar proyectos de expansión de energía eléctrica.
Los proyectos de expansión de electricidad implican la construcción de líneas de transmisión (torres, tendido y subestaciones eléctricas).
Entre los impactos directos de este fortalecimiento de la infraestructura de transmisión eléctrica se incluye la posibilidad de la interconexión eléctrica. Esto significa que la red eléctrica funciona como un circuito en el que si falla una fuente, otra puede entrar a suplir las necesidades, reduciendo riesgos de apagones y la necesidad de estrategias de racionamiento de electricidad.
De igual forma, al expandir las redes eléctricas, es posible exportar excedentes de electricidad e importar en momentos de escasez.
El acceso en zonas rurales es un gran desafío, principalmente por las largas distancias y la forma en que las comunidades están esparcidas en grandes territorios. Al ampliar las redes de transmisión se instalan nuevos puntos de conexión, reduciendo la longitud de las redes de distribución, de esta forma es posible mejorar la calidad del suministro a estos consumidores. Esto mismo hace que la energía misma y sus costos sean más estables.
Además, la expansión de las redes eléctricas ha dado un importante impulso a la diversificación de la matriz energética en la región, acelerando la transición hacia las fuentes renovables.
Por otro lado, cabe destacar que en la región de Latinoamérica y el Caribe, la cobertura eléctrica aumentó notablemente en las últimas tres décadas. Sin embargo, aún hay 19 millones de personas que todavía carecen de acceso (SIER-OLADE, como se citó en Acceso y asequibilidad a la energía eléctrica en América Latina y el Caribe).
En Guatemala está en plena ejecución el Plan de Expansión del Sistema de Transporte de Energía –PET–, ejecutado por la empresa Trecsa y que se extiende a lo largo de más de 788 kilómetros de líneas de transmisión, que abarcan dos terceras partes de los departamentos del país.
Al finalizar este proyecto, el país se ahorrará más de 100 millones de dólares en la factura eléctrica nacional, gracias a que evitará las sobrecargas que actualmente ocasionan pérdidas. Al mismo tiempo, la población experimentará un ahorro del 25% en el precio de la energía.
Ecuador, por su parte, cuenta con un Plan Maestro de Electricidad, en el que se demanda una inversión en transmisión de 1790 millones de dólares y que permitirá terminar de consolidar un ya robusto sistema eléctrico.
Uno de los grandes puntos a favor en materia energética en Ecuador radica en el incremento de las exportaciones de electricidad hacia Colombia y Perú.
Actualmente el sistema de transmisión eléctrica Tabacundo, llamado Sistema de Transmisión Pimampiro, reforzará el servicio de energía eléctrica y sirve como nuevo punto de interconexión con Colombia.
En el caso de Colombia, la diversificación de su matriz de generación es prioritaria, ya que hay un potencial enorme de generación eólica y solar y muchos proyectos de este tipo, el gran reto es su capacidad limitada en los puntos de conexión y capacidad de la red.
En 2019 el país sudamericano lanzó una serie de subastas de energía renovable, con las que elevarán su capacidad de generación en 2250 MW, con una inversión extranjera de más de 2000 millones de dólares.
Para 2020, el país aprobó la conexión a la red de más de 120 proyectos de energía renovable, como un esfuerzo de expandir la participación de energías renovables en su mix energético. Esto no será posible sin la ejecución de los diversos proyectos de expansión de transmisión.
Aunque en el país ha habido un gran avance en el sector de transporte de electricidad, aún enfrenta desafíos en materia de planeación. Por ejemplo, desde 2013 el UPME ha definido proyectos de líneas de transmisión en forma de circuito sencillo, con la intención de conectarse a un segundo circuito en el futuro.
El plan es expandir las redes eléctricas, para lo que se requiere una inversión de cerca de 167 millones de dólares. Con ello se espera interconectar 3131 megavatios eólicos que se proyecta serán desarrollados en La Guajira.