El acceso a la electricidad en el mundo de hoy es más que un lujo, una necesidad. En un mundo totalmente interconectado, sin contar el impacto de una pandemia que obliga a conectarse aún más, el carecer de energía eléctrica puede significar perderse en el camino del progreso individual.
La cobertura de un servicio, en este caso el de la electricidad, significa el porcentaje de personas en un área determinada que tiene un acceso relativamente simple y estable a este tipo de energía. No todas las regiones de un país tienen igual acceso a la electricidad, y el nivel de acceso puede ser indicativo del nivel de desarrollo del área en cuestión.
Esto significa que el acceso a la electricidad sirve como un buen indicador de otros indicadores de riqueza y oportunidades en un país. Según el Banco Mundial, se estima que alrededor del 95% de las personas en Guatemala tienen acceso a la electricidad en sus hogares, lo cual es fantástico en términos de ese porcentaje, pero todavía implica que muchas de ellas, representadas en ese 5%, no gozan de este beneficio.
Además, si bien en términos generales ese porcentaje indica un alto índice de cobertura del servicio eléctrico, aún debe cubrirse una considerable brecha para evitar apagones u otras interrupciones del servicio, y eso se hace robusteciendo el Sistema Nacional Interconectado, el mismo que el PET-01-2009, que desarrolla la empresa Trecsa, busca expandir para Guatemala.
Y en un país de aproximadamente 16,6 millones de habitantes, ese porcentaje significa que muchas familias aún no pueden disfrutar de las bondades de la electricidad.
Datos del Banco Mundial.
Asimismo, la mayoría de las personas que no tienen acceso a la electricidad forman parte de la población rural, incluso en muchas áreas de las más atractivas para el turismo, las cuales requieren sí o sí, que haya una buena cobertura.
Los servicios energéticos modernos son importantes para garantizar una calidad de vida satisfactoria para las personas y promover el desarrollo económico. El acceso a la energía es fundamental para cuestiones como la seguridad, el cambio climático, la producción de alimentos y el fortalecimiento de las economías, al tiempo que se protegen los ecosistemas.
Un mayor acceso a la electricidad en áreas como la de Antigua Guatemala mejora la educación, el entretenimiento, la salud, y la productividad. También permite simplificar las tareas del hogar y mejorar la productividad de los negocios desde casa. En general, y de acuerdo con el Índice de Cobertura Eléctrica que elabora el Ministerio de Energía y Minas de Guatemala, en 2010 el porcentaje de electrificación en Antigua Guatemala era de 97,1%.
Con datos que alcanzan hasta 2019, ese porcentaje se ha incrementado y ha pasado a un 99,97%, como puede verse en las tablas 1 y 2.
Es en esos incrementos de la tasa de electrificación en los que destaca el trabajo no solo de las entidades públicas relacionadas al tema de la energía, sino también el de las empresas privadas que generan y distribuyen la energía eléctrica, haciendo posible que más y más hogares puedan beneficiarse de ella.
Trecsa es un magnífico ejemplo del aporte que supone el transporte de energía confiable y segura para Antigua Guatemala y otras áreas en las que desarrolla sus proyectos de generación. Para lograr avances en la cobertura, la electricidad debe transportarse al área donde se requiere, y desde allí, poder ser enviada a las casas individuales.
Para que esto suceda, se requiere de empresas que hagan posible que esto suceda. No debemos olvidar que es ese trabajo el que logra que se pueda transportar y distribuir la electricidad de manera efectiva.