Desde 2020, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) de Guatemala lleva a cabo la implementación del Plan de Expansión Indicativo de la Generación 2020-2050 (Acuerdo Ministerial 121-2020).
Dentro de dicho plan se impulsa el desarrollo de fuentes de energía renovable compatibles con el medio ambiente, con diversas tecnologías evaluadas como: geotérmica, eólica, solar-fotovoltaica, e hidroeléctrica, entre otras. La participación de la energía renovable en la matriz de generación eléctrica de Guatemala hasta el mes de diciembre de 2020 era aproximadamente de 75.28%
Ante este panorama ha aumentado el debate sobre la viabilidad del consumo residencial con energía generada por las fuentes mencionadas, además de resaltar que dentro de esa posibilidad se podrían sumar los sistemas que conservan energía.
Esta clase de sistemas se basa en tecnologías utilizadas para almacenar energía eléctrica a través de baterías de estado sólido, baterías de flujo, bombeo de agua y almacenamiento térmico. Por lo general, estos sistemas se utilizan en regiones remotas sin acceso a la red eléctrica, en equipos electrónicos, y también cuando son necesarios para suplir la demanda de energía en la red.
Si bienun mayor uso de energías renovables es reconocida, aún existe distancia entre la oferta y la demanda de energía en la red proveniente de fuentes renovables como la eólica y la solar, ya que no pueden generar energía cuando no hay sol ni viento.
Actualmente, la energía que utilizamos se distribuye en tiempo real para servir a los consumidores. La aplicación de esta tecnología brindaría la flexibilidad de usar energía eléctrica que de otro modo podría perderse.
La necesidad de emprender una transición energética que permita abandonar la dependencia de los combustibles fósiles es una realidad aceptada por casi todo el mundo. En ese sentido, los sistemas que almacenan electricidad pueden diseñarse para proporcionar servicios auxiliares a un sistema de transmisión y a las empresas que realizan esta labor.
Empresas como la Transportadora de Energía de Centroamérica o Trelec, podrían hacer uso de estas tecnologías para almacenar la electricidad y transportarla cuando fuera necesaria con una gran efectividad, lo que genera un impacto ambiental positivo.
Los sistemas de almacenamiento se pueden conectar con las torres y los sistemas de transmisión de estos actores. El enfoque principal está en su uso a través de baterías. El arbitraje energético tiene la capacidad de mejorar los ingresos, ya sea comprando fuera de las horas pico o vendiendo para la demanda pico.
Un ejemplo exitoso del vínculo entre los sistemas de reserva de energía y el transporte de la misma ya está activo en el Reino Unido, en donde la primera estructura de baterías de este tipo a escala de red está conectada directamente a la red de transmisión de electricidad en Oxford.
Tomando en cuenta que las distintas industrias llevan tiempo incorporando dichas tecnologías en equipos electrónicos, vehículos, o turbinas, no es imposible imaginar un futuro en el que la energía eléctrica almacenada en baterías pueda transportarse allá en dónde sea requerida.